Marco vivía en una colonia controlada.
De repente empezó a dejar de comer y estar apático, y fue sacado de la calle junto a su hermano.
Pasados unos días de desparasitación y demás, empezó a llevar una vida normal y ser un gato aparentemente sano. Sin embargo, era portador ya de una enfermedad que
le ha resultado ser mortal.
Te rescatamos para darte una vida digna y feliz y no hemos podido hacer otra cosa que despedirte demasiado joven, aunque rodeado de cariño y amor.
Breve tiempo nos has permitido tenerte, pequeño ángel.
Allá dónde estés, sé feliz.